Criterios bioclimaticos en arquitectura |
En nuestra experiencia profesional, hemos tenido la ocasión de recuperar muchos de ellos, a menudo olvidados o menospreciados en función de cuestiones puramente estéticas o de consumo. Por ejemplo, resulta sorprendente el listado de funciones bio-climáticas que el arbolado, existente o de nueva plantación, puede ejercer en las inmediaciones de un edificio.
Os queremos resaltar algunas de ellas:
- La vegetación oxigena y humidifica el ambiente inmediato. Controla la evaporación de la humedad del terreno, que se ralentiza, y es capaz de crear micro-climas correctores.
- Crear barreras cortavientos. Los árboles de hoja perenne, plantados en forma de pantalla o hilera, debidamente orientados, han protegido históricamente los campos cultivo de los vientos más desfavorables en cada situación, en particular los vientos del norte. También pueden usarse este tipo de barreras para conducir las brisas marinas, húmedas i frescas, hacia las zonas deseadas; si estas barreras son de hoja caduca, desaparece su efecto cuando son más frías en invierno y otoño.
- La vegetación constituye una eficaz barrera contra el polvo, y resulta un filtro natural del aire.
- Los árboles de hoja caduca cerca de las fachadas sur permiten aprovechar la insolación directa en invierno (cuando están sin hojas) i proyectan su sombra en verano, evitando la radiación directa sobre el edifico. Algunos estudios elevan hasta a un 40% la disminución del gasto enegético con la aplicación de este principio. Las parras, por ejemplo, de hoja caduca, permiten el asoleamineto en invierno y la sombra en verano en las zonas de estar al exterior.
- En zonas de montaña o en climas fríos, es conocido el uso de setos como barreras de protección contra la acumulación de nieve, según el régimen de vientos del lugar.
- Plantas tapizantes, o arbustos y árboles con raíces activas, son valiosos agentes para la consolidación nautral de taludes, pendientes y terrenos propensos a la erosión.
- Los árboles y setos perennes se constituyen en perfectas barreras acústicas.
- Una adecuada estrategia en la colocación del arbolado nos permitirá también controlar las vistas no deseadas sobre elementos molestos, o desde ellos.
- La sombra de los árboles y la vegetación genera multitud de efectos positivos a la sensación de confort: transmiten una sensación psicológica de armonía y tranquilidad, se aproxima la sensación de presencia de la naturaleza a los espacios interiores, y se reduce el deslumbramiento de la luz excesiva sobre las superficies de fachadas y pavimentos,
- Las hiedras y trepadoras, si se separan algunos centímetros de las fachadas, crean cámaras de aire ventiladas que suponen una protección térmica suplementaria. Según si son perennes o caducas, puede regularse este efecto.
La elección del arbolado y jardinería debería incluir estos criterios, sumados la elección de las mejores especies por el tipo de terreno, condiciones ambientales y preferencias estéticas. A parte de las existentes en el emplazamiento, siempre encontraremos especies autóctonas con las que resolver cualquier entorno ajardinado, con ello "promocionaremos" el habitat natural local y la integración en el entorno inmediato.
Un profesional de la arquitectura o el paisajismo aportará los conocimientos técnicos necesarios para aplicar estos criterios: estudios de orientación solar y sombras, régimen climático, temperaturas, lluvias, vientos en cada emplazamiento. Aunque siempre será conveniente estudiar las edificaciones tradicionales del entorno. Una buena planificación y diseño de la topografía del entorno y de los movimientos de tierras complementará el diseño bioclimático pasivo de nuestro entorno a partir de elementos estrictamente naturales.
VIA : barcelon[a]rquitectos
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