Un cuerpo, dependiendo de su masa y composición, presenta determinada capacidad de acumular el calor de la radiación solar, y liberarlo con mayor o menor velocidad.
En la costa, el mar tiene más inercia térmica que el terreno de la costa, por lo que durante la noche se mantiene más caliente que la playa, y, durante el día, más fresco. La diferencia de temperaturas del aire sobre el mar y la costa provoca que el aire frío tienda a sustituir al aire caliente, que se eleva po su menor densidad, produciéndose las brisas marinas, de mar a tierra. Por la noche, el efecto se invierte.
Los gruesos muros de mampostería de piedra en las casas antiguas, o las paredes de las cuevas, presentan, por efecto de su gran inercia térmica, una temperatura fresca durante el día y liberan calor durante la noche, compensando la temperatura ambiental y ofreciendo sensación de confort.
Los proyectos de arquitectura acumulan experiencia en la incorporación de técnicas y soluciones constructivas en sus proyectos y obras, basándose en estas propiedades, que permiten obtener un apoyo pasivo y limpio a los sistemas convencionales de confort ambiental: Cubiertas con estanques de agua, "Muros Trombe", Fachadas ventiladas, cubiertas ajardinadas...En estos momentos, cualquier despacho de arquitectura debe mostrarse cada vez más comprometido con la calidad medioambiental de la construcción en sus proyectos y obras.
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